NotadeHacialaVida:Difundimos este material repartido en la marcha del pasado domingo 08 de marzo en una nueva conmemoración del día internacional de la mujer. Hasta que todas las luchas específicas confluyan en la lucha por superar el Estado/Capital y no en su complemento.
El feminismo si bien visibiliza y denuncia las miserias presentes en las relaciones humanas interpersonales que son un reflejo de la lógica mercantil, como toda “lucha separada”, no resuelve por sí misma el conjunto de problemas que nos aquejan como especie humana. El inmediatismo, el punitivismo, el voluntarismo y el moralismo no transformarán la realidad cruda que vivimos, por más empeño que pongamos en ello. Necesitamos dejar de ser violadas, maltratadas, torturadas, golpeadas, y tratadas como objetos de manera urgente, pero para ello debemos ir a la raíz que provoca este estado de cosas: todas las formas de dominación previas a la imposición de la modernidad capitalista son estructuradas y están hoy condicionadas e incluidas por la realidad interna del capital.
La lucha contra esta realidad debe plantearse como totalidad, es decir, contra todas las categorías que producen y reproducen el orden social existente, que son indispensables para la precarización de nuestras vidas: el trabajo asalariado, el Estado, la democracia, las clases sociales, la destrucción de la naturaleza, y, por supuesto, la existencia del patriarcado. Si la emancipación de la mujer es entendida como algo ajeno a todo este engranaje y posee un carácter parcelado, caeremos en la fragmentación y el aislamiento – que es la lógica del capital-, que solo ve una parte del problema y que nos lleva a un callejón sin salida. Si esta nueva ola que recorre distintos lugares del mundo, solo busca avanzar en las arenas del capitalismo para aumentar la presencia de mujeres y disidencias en la normalidad esclavizante de la vida asalariada, o, intenta crear nuevas divisiones de la realidad conficticios espacios seguros de carácter identitario dentro de los márgenes establecidos, está condenada al fracaso o a la recuperación, integración y gestión estatal: no queremos ponernos cadenas de oro, sino abolir definitivamente el sistema que nos oprime.
Es en contraposición a este mundo en donde se gesta una verdadera comunidad humana que se unifica en la lucha misma, criticando en la práctica todos los aspectos de esta sociedad. La comunidad en su conjunto debe idear formas colectivas para la sanación y superación de las heridas que estos siglos de imperio de la mercancía han dejado en los seres humanos. La resistencia a vivir subyugadxs bajo estas condiciones de no-vida, es la que nos hace recuperar la parte de la humanidad de las que nos priva el capital. Y las mujeres tenemos un rol ineludible en este proceso.
¡Por la recuperación total de nuestras vidas!
¡Contra el Patriarcado, el Capital y el Estado!