El Estado, su policía y ejército han mostrado su verdadera cara.
Los orgullosos defensores “del pueblo” y su gloriosa maquinaria de guerra se despliegan sin pudor como lo que siempre han sido: sicópatas, terroristas, asesinos, violadores y torturadores; defensores autómatas de la propiedad de los ricos. Si a alguien le quedaba alguna duda sobre el rol que han cumplido históricamente estos asesinos a sueldo, hoy la evidencia de su actuar sobre lxs proletarixs nos obliga solo a tomar partido: o se está con un Estado y sistema social criminal, o se está con la humanidad y su emancipación.
¡Nosotrxs no queremos volver a vernos atropellados y humillados! ¡No queremos seguir perdiendo a nuestrxs hermanxs ni queremos nunca más paz con una tropa de asesinos!
¡No nos protegen ni necesitamos que lo hagan!
No queremos reformas ni shows politiqueros para que todo vuelva a ser igual.
Queremos que toda la estructura que protege y sustenta la explotación capitalista se evidencie como la más simple brutalidad armada sostenida con una supuesta legalidad que solo rige para lxs pobres. Ninguna agenda social del Estado ni ninguna nueva constitución pondrá límites a una clase que nunca ha respetado ley alguna más que la de sus propias ganancias.
Por todxs nuestrxs hermanxs caídxs ¡Cada gesto de revuelta será siempre en sus nombres!
¡La emancipación de lxs trabajadorxs será obra de lxs trabajadorxs mismxs!
¡Fin al Estado policial! ¡Abajo la constitución! ¡Revolución social!