Quizá ninguna otra expresión concentra tan bien el sentido más profundo de la política como aquella que circula por todo Chile desde el último viernes: #picoenelojo.
Con esta última jugada del Cartel Piñera, los políticos están dando una señal de estar recuperando su viejo entusiasmo: dramáticas jornadas de trabajo acompañadas de discursos y abrazos nunca antes vistos. Los mequetrefes que hace unos pocos años profitaban como “dirigentes” del movimiento estudiantil contra el lucro, hoy le soban el lomo a los mismos que hicieron posible el saqueo de la educación. Son las vueltas de la vida política: quienes un día son las víctimas, otro son los victimarios y al siguiente todos hermanxs.
Pero conocemos bien el show de la democracia. La famosa “clase política” es el teatro más elaborado, perverso y destructivo de la historia humana. La crisis que denuncian sus dirigentes, y que no se trata más que del hecho de que ya nadie les cree ni compra su drama, es para nosotrxs una oportunidad. Hemos aprendido a distinguir entre lo que nos impone una sociedad de depredadores y el deseo de un mundo nuevo que late en nuestros corazones.
Por eso no nos sorprenden los golpes físicos y mediáticos que la politiquería está dando hoy. Están desesperados intentando contener la masa de millones y millones de humanxs que se les viene encima buscando tomar de una vez por todas la vida que les robaron. Los carceleros se defienden con todas las armas que tienen a su alcance: el monopolio de la violencia también incluye todo un casting de actores que hacen lo que sea por garantizar la vigencia de su inmaculada normalidad. Pero hoy parecen estar sobrepasados, y cada semana que pasa sus artimañas son tanto más elaboradas y grotescas.
¡La política agoniza frente a nosotrxs y quiere arrastrarnos en su caída! “Por la razón o la fuerza”, señaló ayer el máximo representante de la dictadura burocrático-militar en su discurso pacificador. Querían matarnos, pero prefirieron elaborar un nuevo pacto: no es rentable exterminar a todas las bestias de carga.
Sus acuerdos y agendas, ¡ejercidos en nuestro nombre y en contra de nosotrxs!, no podrán sofocar nunca nuestro deseo de vida. Este descontento no se satisface con nada, exige algo mucho más grande: la nueva constitución, el plebiscito, la oferta de un aumento en la repartición de las miserias, se han vuelto totalmente superficiales. La llama de nuestra insatisfacción se ha convertido en una gran pasión. Esa pasión es inteligencia. La hemos visto desplegarse en las calles. Produce en la mente una cualidad de profundo e instantáneo discernimiento en las cosas, y la acción proviene de ese discernimiento.
¡Abajo la dictadura de los muertos-vivos que creen gobernarnos! A pesar del cansancio, prevalece el desarrollo de la conciencia humana contra las mentiras de la normalidad que intentan impornernos. Nos corresponde a nosotrxs acabar con sus limitaciones burocráticas, legales y policiales rompiendo su control sobre el territorio, ahí donde estamos, ahí donde nos asfixia. Somos lxs que se revelaron contra la arrogancia de su saqueo. Ya no nos darán órdenes, no nos ladrarán más. Nuestro proyecto es construir la comunidad humana que rompe la dictadura del lucro que devasta nuestra existencia y la del planeta.