La lucha cumple ya un mes. La lucha ha traído millones de enseñanzas al pueblo. La formación de la conciencia ha crecido exponencialmente, pues es la acción la que va gestando las diversas formas de luchar; la creatividad diaria, el arte sin límite, la clase trabajadora madurando rápidamente, comprendiendo su vital papel en la sociedad.
Los que han dirigido la sociedad, desde “arriba”, hoy se sienten “avanzando” en solitario, buscando salvar el régimen del cual son parte. Es la burguesía, que exige volver a la “vida civil y democrática”, al “diálogo”, a la posibilidad de un nuevo Gran Acuerdo. Pero hacen todo en un plano irreal, hoy abstracto, alejado de la realidad del pueblo. De ahí su repudio y rechazo.
Y el pueblo ha quedado solo, con sus propias fuerzas. ¿Abandonado? Algunos pensarán que sí. Pero no es así, pues ha ido ganando su propia independencia al comprender que ya los que solían dirigir no saben entender sus necesidades. Así es como se ha visto obligado a resolver sus necesidades con sus propias capacidades, ya sin la tutela de la burguesía.
De ahí que el pueblo, las mujeres y hombres luchadores de todos los días, ha madurado rápidamente, aprendiendo un sinnúmero de métodos para enfrentarse a los represores, organizarse con los suyos, y comprender esa vital realidad histórica: que el pueblo lo hace todo, y que tiene el alto deber de cambiarlo todo, porque vivimos tiempos de revoluciones.
El pueblo hace la revolución.