El pueblo es la revolución: Antofagasta 12 noviembre  PRENSA OPAL

¿Por qué lucha el pueblo? Sus demandas son simples, pero profundas: educación, salud, vivienda, transporte, justicia, por la felicidad de sus hijos, por la jubilación de sus padres. En definitiva, el pueblo lucha por el futuro.

El presente se desenvuelve en una lucha sin cuartel contra carabineros y contra la testarudez de un presidente ornamental. Piñera dirige un gobierno que ya no existe, en la realidad claro está. En el papel decreta y decreta proyectos de ley y propuestas para apaciguar a la masa que se ha tomado el país, pero la realidad no se mueve un ápice. El día a día se debe planificar al menos tres veces: mañana, medio día y por la tarde. Nadie sabe qué puede pasar. Pero hay algo que se mantiene constante, y es que el pueblo se ha tomado las calles, las plazas, sus poblaciones, en definitiva ha estado tomando el control de sus vidas.

Y cuando ha entendido éste pueblo que es capaz de controlar su vida, de encontrarse con sus vecinos en la protesta, de recibir el cariño de madres, hermanas en un gesto sencillo y profundo como es compartir un plato de comida, recibir agua para la irritación por gas lacrimógeno, es cuando el pueblo comprueba su grandeza y se lanza a la lucha por cambiarlo todo.

Pues es todo lo que quiere resolver. Y ya se hartó de migajas, de mentiras, de ilusiones. La paciencia se agotó. Ya no “pide” que se vayan todos. Ahora está dispuesto a echarlos, al igual que hace con carabineros, con narcos, con los que atentan contra la felicidad de sus niños, y contra el júbilo de sus abuelos. Es un pueblo que se ha organizado, en el combate, en la trinchera, a punta de experiencias históricas. Y ese pueblo, de Arica a Punta Arenas, ha comprendido su tarea histórica: hacer la revolución.

El pueblo es la revolución.
Antofagasta.