A 3 años de Octubre: Restauración capitalista y empeoramiento de nuestras condiciones de vida


A tres años de la revuelta del 2019 no debiera sorprendernos la escalada represiva del gobierno de Boric, como tampoco el resultado del plebiscito, pues cualquiera fuera “el ganador”, nuestra derrota ya había sido sellada de antemano al encauzar por la vía democrática la potencia de octubre. En su lugar debemos reflexionar sobre la situación mundial de crisis del capital y de cómo se manifiesta en el territorio dominado por el Estado de Chile. El mundo se ha transformado en un polvorín que estalla de manera cada vez más frecuente, demostrando el agotamiento del consenso social, que ha sido incapaz de asegurar las condiciones mínimas de sobrevivencia para el conjunto de la humanidad. Si no rompemos con esta realidad, el advenimiento del autoritarismo será pavimentado por la misma democracia, intensificando la descomposición social y la precarización de nuestras vidas. La imposición del TPP-11 por parte de todo el espectro político –desde la izquierda más multicolor, a la derecha más fascistoide–, obedece a una necesaria reconfiguración del capital en nuestra región, al igual que el despliegue de los milicos en el Wallmapu y la dura represión a las salvajes manifestaciones estudiantiles.

La lucha por la emancipación humana, por una sociedad sin clases y en armonía con la tierra, que la revuelta puso en evidencia al suspender momentáneamente el orden del capital, expresa la necesidad de superar este orden social que nos lleva de forma acelerada al abismo. No nos interesa transformar esta fecha en una conmemoración estilizada de nuestra actividad contra el orden existente. Queremos dejar en claro que la única forma de salir de la derrota es volver a la calle, fomentar la autoactividad proletaria, superar la deriva democrática –ya debería estar más que demostrado que nos lleva a un callejón sin salida– y transformar nuestras relaciones en un movimiento colectivo hacia una ruptura real con nuestra miseria, rompiendo las separaciones que nos impone el capital y el Estado, y así hacer florecer nuevamente la fuerza subversiva de aquel 18 de octubre, pero esta vez, sin dar vuelta atrás.
Por el momento, tenemos tareas urgentes que enfrentar, como exigir la libertad de l@s pres@s polític@s de la revuelta, anarquistas, subversiv@s y mapuche.
¡Burgueses de derecha y burgueses de izquierda deben ser iguales ante el odio del proletariado!