Folleto: «Espontaneidad, mediación, ruptura» del grupo Endnotes

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Endnotes se define a sí mismo como una serie de revistas y libros publicados por un grupo de discusión establecido en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Surge el año 2005 a partir de un grupo de antiguos participantes de la revista Aufheben luego de un intercambio crítico con el grupo comunizador francés Theorie Communiste (TC). Endnotes se orienta principalmente a conceptualizar las condiciones de superación comunista del modo de producción capitalista y de las múltiples estructuras de dominación que modelan las sociedades caracterizadas por ese modo de producción. Se ha preocupado de los debates en torno a la “comunización”, la cuestión del género, el análisis de las luchas contemporáneas, los movimientos y la economía política, la dinámica de la población excedente, el problema clase/raza, la teoría de la forma-valor y la dialéctica sistemática, los fracasos revolucionarios y los callejones sin salida del siglo XX.

El texto Espontaneidad, Mediación, Ruptura apareció en la tercera entrega de la revista de Endnotes y es un intento de comprender cómo se podría presentar hoy la actividad revolucionaria y de qué forma es posible la producción del comunismo en nuestro tiempo histórico. Siguiendo a TC, Endnotes considera que el movimiento obrero del siglo XX que dio vida a los proyectos comunistas en sus variantes consejistas y leninistas, respondían al problema de la correlación de la conciencia de l@s trabajador@s con el desarrollo de la fuerzas productivas, en un periodo en que los ciclos de acumulación del capital integraban vertiginosamente al proletariado en Europa y Estados Unidos (principalmente), creando un amplio movimiento obrero vinculado a las estructuras políticas que nacieron junto a éste, lo que TC denomina proceso de subsunción real del capital. La crisis de los años 60-70 demostró agotado el modelo de revolución heredado en la primera mitad del siglo XX: el proletariado principalmente juvenil en el núcleo capitalista ya no se identificaba con el modelo del obrero de fábrica, el marxismo feminista (particularmente en Italia) cuestionó la “sede oculta” de la reproducción capitalista, surgió la crítica del trabajo, la crítica de la vida cotidiana se expandió en la juventud proletaria, etc. Fueron años de una crítica radical al sistema capitalista en su conjunto, manifestación misma de la crisis de la relación capital/trabajo. Sin embargo, la contrarrevolución/reestructuración capitalista venció en aquellos años —deslocalización, financiarización de la economía, regímenes dictatoriales en la periferia capitalista, expansión del sector servicios, revolución tecnológica y automatización, etc.—, causando retrocesos en la crítica revolucionaria tanto por el abandono de la perspectiva comunista de algun@s de sus militantes, como por el surgimiento de las teorías posmodernistas que abandonan la comprensión de la totalidad —probablemente como reacción parcial al proceso experimentado por la URSS—. En este contexto surge la teoría de la comunización como paradigma de la revolución comunista para nuestros días. El texto que presentamos a continuación es un intento de desarrollar 3 conceptos claves para esta teoría —que son los que dan el nombre al documento—: Espontaneidad, mediación y ruptura. Cabe señalar que el concepto de mediación es importante en la teoría de la comunización, porque una de sus premisas es rechazar el “periodo de transición” como fue comprendido durante la primera mitad del siglo XX por el marxismo en general. No obstante, hace falta clarificar que la defensa de la revolución seguirá siendo una necesidad en la medida en que los procesos revolucionarios se viven de forma discontinua en el tiempo-espacio. A pesar de esto consideramos que no es necesario determinar a priori cómo debe organizarse esta defensa, sino que debe surgir de la coyuntura específica que viven los distintos territorios —aunque hay algunas líneas generales que podrían trazarse para la sobrevivencia del proceso revolucionario—. Con respecto a la ruptura, que el texto define como cambio cualitativo, y que lo diferencia de la disrupción cotidiana (revueltas), consideramos que el sentido que da a la actividad partidaria —la fracción de la clase que deviene partido— es cuestionable en el sentido que puede dar pie a una reactualización de la idea leninista de hacer la separación entre un proletariado que sólo actúa en el ámbito económico y el partido que actúa en el ámbito político. Sin embargo, es cierto que las minorías revolucionarias tienen un rol que cumplir en el “movimiento real”, y este rol es el que debe ser clarificado para no caer en la perpetuación de la actividad ejecutada por especialistas —ya sea de la insurrección o de la gestión/planificación “económica”— por fuera de la clase. Además, unido a este problema, es preciso también hacer el alcance de que la teoría de la comunización surge dentro de la larga contrarrevolución que ha significado el periodo llamado “neoliberal”, donde los procesos de subjetivación proletaria se consideran como afirmación de clase y que son inadecuados para la abolición de la clase en cuanto fundamento del capital. Sin duda debemos apuntar hacia la superación del capital y las clases, pero esta negatividad en proceso que es el proletariado también genera procesos de lucha y subjetivación que no necesariamente tienen que apuntar a la afirmación de la clase como tal; también podrían apuntar a la creación de órganos de reproducción social más allá de la mediación de la mercancía, generando una tensión entre el viejo mundo y el advenimiento del nuevo mundo.

Los problemas que enfrentamos hoy requieren mejorar nuestra comprensión de la totalidad de los fenómenos a los que nos vemos sujet@s. Este texto es una invitación al debate, abriendo interrogantes que no necesariamente deja zanjadas, pero sin duda el ejercicio de reflexión es ineludible para navegar la lucha de clases del siglo XXI, debido a que los modelos de las revoluciones pasadas ya no nos pueden servir de guía. El cambio climático, la creciente población excedente estancada , la relación diferenciada de lucha de clases estructurada en torno a género-sexo/raza, las luchas de las comunidades indígenas que combaten contra la total proletarización, el desarrollo desigual y combinado que hace que la crisis se manifieste de manera dispar, el ascenso de gobiernos autoritarios para asegurar la reproducción del capital, el despliegue de neo-fascismos difusos y confusos, las respuestas de los gobiernos a las migraciones, y un largo etcétera, da cuenta de que este mundo está en una crisis que sólo tiene dos posibilidades de resolución: comunismo o extinción.

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