Nota de hacia la Vida:Difundimos este texto llegado al mail. Creemos de vital importancia aportar insumos para realizar una crítica radical de las instituciones democráticas que buscan encausar la revuelta dentro de sus mezquinos márgenes. ¡Nuestra lucha no es por “correr el cerco”, sino por hacerlo estallar por los aires!
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A más de 140 días del inicio de la revuelta de octubre es difícil dudar de su continuidad, pues a pesar de los vaticinios que proclamaban su descenso en época de “vacaciones”, esta mantuvo su actividad durante el verano. También hemos sido testigos del derrumbe de la reputación y la desconfianza hacia las fuerzas policiales y militares, al sistema de “justica” o de la clase política capitalista en su conjunto, que no ha cesado de acentuarse.
Reproducimos integramente texto enviado a nuestro mail desde lxs compañerxs de EVADE Chile.
Compañerxs:
La humanidad reprimida cree estar en contacto con el mundo, pero solo está en contacto con palabras y conceptos. La experiencia de la realidad está sometida y mediada por un venenoso cóctel que divide nuestras energías, las neutraliza y mata.
El pueblo del territorio dominado por el Estado chileno resiste a la ingesta forzada de otro vaso más del veneno de la economía política.
La experiencia enajenada, distorsionada, falsa, cerebralizada y patriarcal a la que nos han acostumbrado está siendo cuestionada en la práctica, día a día, por un movimiento humano de liberación total.
Nada impide que realicemos aquí y ahora todas sus potencialidades.
— EVADE CHILE 2020
El cambio no está en las urnas
El gran Capo volvió de sus vacaciones este lunes con energías restauradas. Ahora llama a sus secuaces y colegas de otros bandos a un “acuerdo contra la violencia”. Los carceleros tiemblan antes las posibilidades que está abriendo la insurrección en el territorio chileno.
Están inventando, acuerdo tras acuerdo (en el congreso o en la sobremesa), una novedosa forma de dominación en la que se combina todo el potencial represor de la dictadura, la “fluidez” económica que garantiza el libre mercado y el potente lubricante social que aporta el espectáculo de la democracia.
Hoy una pobladora del sur de Chile tuvo que recordárselo a un vecino, aún intoxicado por el pan y el circo, que repartía volantes en una feria libre: “¡una constitución sin congreso y sin presidente, el pueblo es el que la lleva ahora!”. Que la palabra “constitución” sobre en esta frase es lo de menos. Para la mayoría, que padecemos este mundo en el que morimos de hambre o aburrimiento, de género o color de piel, el sentido de realidad está puesto en una forma completamente nueva de relacionarnos con nuestro entorno y con nosotrxs mismxs. El concepto o nombre que le atribuyan es mucho menos importante que lo que ocurra en la práctica.
La tecnología y el internet, lo que queda de nuestros saberes ancestrales, la ausencia de cabecillas y representantes, la obsolescencia de la política y los partidos, la multiplicidad de demandas y necesidades que cubrir, la impotencia y la rabia acumulada por años de vida miserable que solo se precariza y vuelve más competitiva, la urgencia brutal que demanda la propia tierra agonizante; todo esto y más se confabula para hacer de este un asalto que el Poder no tiene ninguna certeza ni garantía de ser capaz de contener y que amenaza con disolverlo.
La rutina política (e intelectual) del “sí” y el “no” es muy cómoda cuando las cosas siguen su curso normal. Pero esa normalidad se interrumpió. La vieja historia de elegir entre A o B, aprobar o rechazar, izquierda o derecha, que se nos repite primero como tragedia y después como comedia, una y otra y otra vez, está puesta a prueba por decreto popular.
Al Estado se le viene marzo encima. El pueblo se despertó en octubre y en marzo dicen que se levanta.
Nota Vamos Hacia la Vida: Difundimos esta recopilación de creaciones audiovisuales extraídas desde la web y redes sociales sobre la insurrección en curso en la región Chilena. Los medios de comunicación masiva invierten millones de pesos para desviar el foco de la revuelta hacia los intereses del poder, pero el proletariado, armado con sus caseras herramientas, encuentra y encontrará la forma de difundir el verdadero sentido de ésta lucha. Estos videos son desde la calle misma, del corazón de la revuelta y desde el antagonismo que solo el proletariado puede portar. ¡A por todo! ¡Arriba las y los que luchan!
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Breve Crónica de un despertar
Mini documental que registra el día 19 de octubre (Post estallido social) desde la mañana hasta la tarde-noche. Un gran insumo que guarda el ambiente y la efervescencia vivida aquel día.
La revolución es posible. Vivir sin Capitalismo es posible.
¡¡Hablan y despliegan una guerra, pero esa guerra es contra los pobres!!
Aun así, el cacerolazo, la barricada y la fiesta de la revuelta se imponen sobre su mentira y el más brutal terrorismo de Estado. La solidaridad en la calle, el saqueo comunitario y nuestra comunidad de lucha, que ha copado las calles y enfrentado con éxito el Toque de queda y el Estado de emergencia, demuestran cómo esto supera todo pronóstico y medida y que solo expresa a una clase que ya no acepta su rol de esclavitud salarial, se percata de su propia fuerza y está dispuesta a llegar a las últimas consecuencias.
Nos hemos reconocido en la calle y sabemos que tras esto todo es posible.
Por nuestrxs hermanxs caídos ¡Cada gesto de revuelta será en su nombre!
El Estado, su policía y ejército han mostrado su verdadera cara.
Los orgullosos defensores “del pueblo” y su gloriosa maquinaria de guerra se despliegan sin pudor como lo que siempre han sido: sicópatas, terroristas, asesinos, violadores y torturadores; defensores autómatas de la propiedad de los ricos. Si a alguien le quedaba alguna duda sobre el rol que han cumplido históricamente estos asesinos a sueldo, hoy la evidencia de su actuar sobre lxs proletarixs nos obliga solo a tomar partido: o se está con un Estado y sistema social criminal, o se está con la humanidad y su emancipación.
¡Nosotrxs no queremos volver a vernos atropellados y humillados! ¡No queremos seguir perdiendo a nuestrxs hermanxs ni queremos nunca más paz con una tropa de asesinos!
¡No nos protegen ni necesitamos que lo hagan!
No queremos reformas ni shows politiqueros para que todo vuelva a ser igual.
Queremos que toda la estructura que protege y sustenta la explotación capitalista se evidencie como la más simple brutalidad armada sostenida con una supuesta legalidad que solo rige para lxs pobres. Ninguna agenda social del Estado ni ninguna nueva constitución pondrá límites a una clase que nunca ha respetado ley alguna más que la de sus propias ganancias.
Por todxs nuestrxs hermanxs caídxs ¡Cada gesto de revuelta será siempre en sus nombres!
¡La emancipación de lxs trabajadorxs será obra de lxs trabajadorxs mismxs!
¡Fin al Estado policial! ¡Abajo la constitución! ¡Revolución social!
Primera Linea en primera persona
El pueblo es la revolución: Antofagasta 12 noviembre PRENSA OPAL ¿Por qué lucha el pueblo? Sus demandas son simples, pero profundas: educación, salud, vivienda, transporte, justicia, por la felicidad de sus hijos, por la jubilación de sus padres. En definitiva, el pueblo lucha por el futuro.
El presente se desenvuelve en una lucha sin cuartel contra carabineros y contra la testarudez de un presidente ornamental. Piñera dirige un gobierno que ya no existe, en la realidad claro está. En el papel decreta y decreta proyectos de ley y propuestas para apaciguar a la masa que se ha tomado el país, pero la realidad no se mueve un ápice. El día a día se debe planificar al menos tres veces: mañana, medio día y por la tarde. Nadie sabe qué puede pasar. Pero hay algo que se mantiene constante, y es que el pueblo se ha tomado las calles, las plazas, sus poblaciones, en definitiva ha estado tomando el control de sus vidas.
Y cuando ha entendido éste pueblo que es capaz de controlar su vida, de encontrarse con sus vecinos en la protesta, de recibir el cariño de madres, hermanas en un gesto sencillo y profundo como es compartir un plato de comida, recibir agua para la irritación por gas lacrimógeno, es cuando el pueblo comprueba su grandeza y se lanza a la lucha por cambiarlo todo.
Pues es todo lo que quiere resolver. Y ya se hartó de migajas, de mentiras, de ilusiones. La paciencia se agotó. Ya no “pide” que se vayan todos. Ahora está dispuesto a echarlos, al igual que hace con carabineros, con narcos, con los que atentan contra la felicidad de sus niños, y contra el júbilo de sus abuelos. Es un pueblo que se ha organizado, en el combate, en la trinchera, a punta de experiencias históricas. Y ese pueblo, de Arica a Punta Arenas, ha comprendido su tarea histórica: hacer la revolución.
El pueblo es la revolución.
Antofagasta.
Aguanten lxs cabrxs de la primera linea: Antofagasta 18 noviembre PRENSA OPAL
En la acción es donde se desarrolla la conciencia. Son los actos los que, al final de la jornada, hablan de nuestros principios, de nuestra ideología, de nuestros orígenes, de nuestra formación… son los que dice qué somos.
Somos trabajadores, hijos e hijas del pueblo. Somos los que levantamos todos los días la sociedad, con nuestro sudor, con nuestras fuerzas. Hemos sido marginados, maltratados, malcriados, abandonados por el sistema. Aun así, nos levantamos a cada rato, cada día, por nuestros hijos, nuestros papitos y nuestras mamitas, por nuestro pueblo.
En la primera línea es donde hemos enfrentado a los defensores de éste sistema corrupto. En la primera línea es donde hemos puesto el cuerpo, los brazos, la inteligencia. Allí es donde hemos aprendido que el pueblo está lleno de humanidad, de sacrificio, de amor. Y nosotros somos parte de eso. Somos parte del pueblo que hace la revolución.
A un mes se sigue resistiendo: Antofagasta PRENSA OPAL
La lucha cumple ya un mes. La lucha ha traído millones de enseñanzas al pueblo. La formación de la conciencia ha crecido exponencialmente, pues es la acción la que va gestando las diversas formas de luchar; la creatividad diaria, el arte sin límite, la clase trabajadora madurando rápidamente, comprendiendo su vital papel en la sociedad.
Los que han dirigido la sociedad, desde “arriba”, hoy se sienten “avanzando” en solitario, buscando salvar el régimen del cual son parte. Es la burguesía, que exige volver a la “vida civil y democrática”, al “diálogo”, a la posibilidad de un nuevo Gran Acuerdo. Pero hacen todo en un plano irreal, hoy abstracto, alejado de la realidad del pueblo. De ahí su repudio y rechazo.
Y el pueblo ha quedado solo, con sus propias fuerzas. ¿Abandonado? Algunos pensarán que sí. Pero no es así, pues ha ido ganando su propia independencia al comprender que ya los que solían dirigir no saben entender sus necesidades. Así es como se ha visto obligado a resolver sus necesidades con sus propias capacidades, ya sin la tutela de la burguesía.
De ahí que el pueblo, las mujeres y hombres luchadores de todos los días, ha madurado rápidamente, aprendiendo un sinnúmero de métodos para enfrentarse a los represores, organizarse con los suyos, y comprender esa vital realidad histórica: que el pueblo lo hace todo, y que tiene el alto deber de cambiarlo todo, porque vivimos tiempos de revoluciones.
El pueblo hace la revolución.
La Bonilla en resistencia: Antogasta 21 noviembre PRENSA OPAL
Chile, un país que ayer parecía dormido. Una alargada franja de tierra, que muchos vaticinaban (¡Sic!) nunca iría a despertar, o bien que ocurriría –si así fuera, decían- en unos 40 años, o un par de generaciones futuras. Chile, un pueblo que ha cerrado numerosas bocas, sorprendidas, emocionadas por el despertar a la lucha por su dignidad. ¡Y con cuánta fuerza lo ha hecho!
Esa fuerza es la que tiene el pueblo, junto a su primera línea, en todas las calles de cada ciudad, y es en la contienda donde paraliza y mantiene a raya a la fuerza del régimen, a carabineros y la policía de investigaciones.
En las calles es donde el pueblo ha estado encontrándose todos los días, en ollas comunes, tecitos rebeldes y comunitarios. Allí comparten la conversación necesaria y el análisis pertinente del día a día, de las miles de anécdotas y experiencias. Y es donde se organiza la contienda y las acciones, el incipiente poder popular, en asambleas, reuniones y mítines.
En la lucha diaria es donde se van formando dirigentes combativos/as, conscientes, comprometidos/as. No son doctos ni eruditos personeros/as de las altas academias de las ciencias sociales. Son gente sencilla, muchachos/as humildes, trabajadores/as, padres e hijos esforzados. Son gente que aprende la única fórmula viable hoy: es la lucha de todo un pueblo, que lucha por cambiarlo todo.
Uno de los viejos capos del Cartel Piñera recaudó 378 millones de pesos tras su saqueo; hoy paga 11 millones a sus amigos carceleros para poder irse de vacaciones con su botín. La tropa de viejas fachas que calienta asientos en La Moneda se viste de blanco para salir a botar unas lágrimas de cocodrilo por lxs muertxs y heridxs que sus valientes soldados gestionaron con la precisión que demandó el Ministerio del Interior. El terrorismo ahora también es a domicilio: asedian poblaciones durante la noche y al otro día mandan a sus matinales a limpiar la sangre. Etcétera, etcétera. Así, suman y siguen las medidas de gobierno: esta rebelión les ha dado espacio para actualizar y sofisticar aún más su aparato represivo.La situación no resiste análisis. Quién quiera seguir creyendo que los poderosos del mundo son humanos con los que se puede dialogar o llegar a acuerdos no está entendiendo nada, tiene sus sentidos bloqueados por el miedo, simplemente esperan que les toque un pedazo del pastel.
Nosotrxs no queremos ningún pedazo de su pastel envenenado, por eso llamamos a:
>Tomarse todas las infraestructuras públicas y privadas (liceos, universidades, plazas, fábricas de alimentos e insumos básicos, etc.) para utilizarlas como centros de autogestión de nuestra lucha y empezar a organizar el autoabastecimiento y apoyo mutuo desde todos los frentes posibles; >Evadir el pago de todos los medios de transporte (organizando evasiones masivas como las que inauguraron esta rebelión); >Boicotear los llamados al servicio militar 2020; >Boicotear la PSU, el SIMCE y todos los intentos burdos de alinearnos bajo su educación de mercado; >Boicotear internacionalmente los productos chilenos que han saqueado el territorio (vinos, paltas, etc.); >Boicotear sus medios de comunicación (no ver televisión, utilizar cualquier oportunidad de transmisión en directo para acusar el verdadero saqueo y guerra contra el pueblo, etc.); >Boicotear a Jalabineros de Chile y FFAA de todas las formas posibles (no venderles comida, no llevarlos en colectivo, no facilitarles la vida de ninguna forma, etc.). Si a algún milico o paco le queda algo de humanidad dentro de sí, que renuncie a su muerte y se niegue a oprimir al pueblo; >Funar a los pacos agresores en sus casas y guardar registro de todos sus datos (pacolog.com); >Funar a toda la clase política que pacta con los ricos y venden nuestro futuro como si fuéramos esclavos; >Funar sus interminables montajes y manipulaciones (incendios, saqueos, acusaciones falsas); >Hackear los sitios webs del gobierno y las mega empresas con las que están coludidos; >Hackear y borrar el sistema de registro de deudas DICOM y el sistema de CAE; >Hackear los sistemas y bases de datos de los poderosos para exponer sus abusos y botines; >Borrar de los espacios públicos todas sus marcas genocidas (estatuas y monumentos de militares, policías y políticos asesinos, catedrales del consumismo y la culpabilidad, etc.); >Solidarizar con lxs caídxs y heridxs de nuestra lucha en todas las formas posibles.
Vivimos una realidad invertida. Volver a ponernos de pie depende de nosotrxs mismxs, de nuestra capacidad para construir una verdadera comunidad de lucha contra el monopolio del dinero y la muerte. Afirmemos su existencia en actos, aquí y ahora, apropiándonos directamente de todo lo que hemos construido. Para esto no necesitamos de ningún líder: hemos demostrado que la masa de lo vivo habla más claro y fuerte que cualquier dirigente.
No tenemos armas de fuego pero podemos darles donde más les duele: su bolsillo. Rebelémonos contra el totalitarismo económico que nos mantiene en la miseria, cultivando formas de ayuda mutua más allá del dinero y el Estado.
¡Organizaremos nuestras vidas y dejaremos de depender de ellos!
Compartimos este completo material sobre las revueltas proletarias que azotan al continente -con profundo énfasis en Ecuador y Chile-, publicado por lxs compañerxs del boletín La Oveja Negra, periódico de la biblioteca y archivo histórico-social Alberto Ghiraldo, Rosario, región argentina. Hoy más que nunca tenemos presente que nuestra lucha es común e internacional. Por la comunidad humana: ¡que la revuelta explote por todos los rincones del mundo!
Compañerxs afines nos han enviado este documento al correo con el siguiente mensaje y una versión pdf para imprimir del documento, cuya descarga dejamos al final de esta entrada:
Difundimos este texto sobre el carácter de las asambleas territoriales y su función estratégica en la lucha de clases. Sobre todo apuntamos a que se difunda en las mismas asambleas, por lo que alentamos su impresión desde las distintas individualidades o colectivos que sientan cercanía política con lo aquí descrito.
Asambleas territoriales: órganos autónomos creados por la comunidad en lucha.
El terreno fértil de la insurrección en Chile trajo como su principal fruto las asambleas territoriales, instancias auto convocadas por los pobladores de todo el país como canal para resolver las necesidades inmediatas de la lucha y su propagación. En ellas se está debatiendo las medidas, horizontes y reivindicaciones de este movimiento. En muchos casos, con un fuerte carácter anti institucional y anti partidista. Las asambleas reflejan, de forma embrionaria, la necesidad real del proletariado para dotarse de órganos de poder representativos de la clase, que defiendan e impongan sus necesidades hasta el último aliento, sin transar con la clase política.
Estas organizaciones, aún incipientes, manifiestan el sentir y la necesidad de incidir directamente en la realidad, cuestionando la soberanía de nuestra vida al Estado y al Capital, ya que, en la práctica, organizarse colectivamente para resolver nuestros problemas, y profundizar esta lucha, expresa una disputa contra el Estado por el control y dirección de la vida en sociedad. Por ello es necesario que estas asambleas se planteen autónomas, dirigiendo el diálogo hacia lxs mismxs explotadxs y no hacia la institucionalidad burocrática: son los propios intereses de clase los que están en juego y será enfrentando sus limitaciones que recuperaremos todo lo perdido, no mediando entre las bases y el Estado. Sigue leyendo →
Frente a los levantamientos de estos últimos días un diputado de izquierda señala en la TV que para responder a la insurrección que vivimos la bancada política debe plantearse “cómo hacemos partícipes a las personas de un cambio”. Se nota que todavía estos sátrapas no entiende nada, están demasiado preocupados de perder sus puestos de trabajo como justicieros sociales. ¡El cambio ya está aquí, lo trajo, lo vive y revive toda la masa de lo vivo en la calle, en las plazas y en las poblaciones!
No queremos que nos integren a nada. Son ustedes, lacras, quienes tienen que sumarse a nuestro cambio y para eso deben bajarse de su carro del poder. La vieja vampirización de sangre fresca por la economía y el poder para calentar sus congeladas venas la conocemos bien. De la experiencia de los estudiantes que se han sentado en sus mesas de diálogo para ser engañados aprendimos que el aparato del Estado es un mecanismo muerto, que solo acaba secando el impulso de lo vivo a punta de las agendas y los compromisos que tanto les gusta celebrar.
No se puede pretender modificar unos problemas con los medios que administran las relaciones que los crearon. La cacareada“deslegitimidad política” no apunta solamente a la deslegitimidad de los políticos, sino a algo más profundo: ¡ya no creemos en la mediación política como una forma de organizar la reproducción de nuestras vidas!
Lo queremos todo. Nuestra lucha no está basada en demandas particulares: sabemos que la crisis ecológica es la otra cara de la crisis social, que la contaminación está vinculada a la producción industrial, que la industria busca el lucro a toda costa, que ese lucro proviene de nuestro trabajo esclavizante y que el trabajo produce una riqueza abstracta que nos vuelve pobres. ¡Buscamos emanciparnos del dinero, de las mercancías, del trabajo asalariado, del capital y del Estado en la organización de la producción común de nuestras vidas!
No necesitamos que los políticos o los expertos nos vengan a enseñar cómo organizar nuestras vidas. Nuestra organización existe aquí y ahora, así es como hemos logrado sobrevivir con salarios de hambre.
Mientras todos los políticos y empresarios quieren que “volvamos a la normalidad” o “bajarle la fiebre a la situación”, nosotrxs sentimos que ya no podemos vivir como antes.
Nos dicen que “les demos tiempo”, que las cosas “no cambian de la noche a la mañana”. Pero nosotrxs hemos visto como, efectivamente, unidxs podemos cambiar todo, cambiar nuestro cotidiano aislado, indolente, cambiar esas eternas jornadas de trabajo donde sentíamos que muriamos de a poco por una vida que nos encuentra e impulsa en las calles.
¡Todas nuestras demandas son realizables inmediatamente, pero solo si las realizamos nosotrxs mismxs!
Nota de Vamos hacia la vida: Corregimos: en principio publicamos esta carta afirmando que su autoría era de Raoul Vaneigem, destacado miembro de la disuelta Internacional Situacionista. Luego supimos que realidad fue una carta que unxs compañerxs de esta regiòn enviaron a Vaneigem, y luego fue reproducida en español en el sitio web comunizar. De todas maneras, es un bello documento que retrata los acotencimientos de las primeras semanas de revuelta, por lo que aun consideramos vigente su disufiòn.
Carta de unxs compas de Chile a Raoul Vaneigem
Lo que está pasando ha sido tan hermoso. Ya van dos semanas del levantamiento que nos ha permitido sacudirnos el miedo, la indolencia y la frustración de vivir bajo la dictadura del dinero y encontrarnos como seres humanos, más allá de todas las identificaciones que nos habían mantenido separados.
La insurrección y su generalización espontánea desde el comienzo expresó en actos su crítica al modo de vida capitalista expropiando y destruyendo los símbolos del capitalismo y el Estado (supermercados, farmacias, bancos, comisarías, edificios de municipalidades, etcétera). Las demandas son muchísimas, tantas, que todos saben que lo que se necesita aquí es un cambio estructural. En las calles se escucha “ya nada volverá a ser igual”. El deseo de vivir de todos ha renacido en la aventura de la lucha anti-sistémica
La precarización que se vive en este territorio, y contra la que este movimiento se alza, no es producto de medidas de austeridad, aquí nunca hubo tal cosa como un Estado de bienestar, sino que es el resultado del saqueo a manos del Estado-capital. Chile, como seguramente sabes, es una de las cunas del neoliberalismo. El dictador Pinochet vendió todo: el agua, la salud, las jubilaciones, la educación, las carreteras, el mar, etcétera. Y la democracia que vino después consolidó este sistema social y económico.
Pero a costa de haber sufrido continuas humillaciones y abusos a manos de los políticos y empresarios, se ha ido agudizando la conciencia de todos. Uno de los eslóganes de la insurrección es “No son 30 pesos [el incremento del boleto del metro que desató este levantamiento fue de 30 pesos, es decir, de un 4%], son 30 años” en alusión a la época de la “transición a la democracia” [1989 es el año del primer presidente de la democracia luego de la dictadura]. Esta frase -que los mapuche han hecho suya diciendo “No son 30 pesos, son más de 500 años”- expresa la conciencia de que la dictadura de Pinochet y el régimen democrático corresponden a dos caras de la dictadura del capital de la cual el Estado, y los políticos y especialistas que pululan en torno a él, no son más que meros ejecutores.
Por eso, otra de las características de este movimiento es la total ausencia de partidos políticos. Aunque quienes detractan el movimiento, llegan a decir cosas tan ridículas como que Rusia, Venezuela o Cuba nos están dando órdenes a través de la facción izquierdista de acá, lo cierto es que en las protestas solo se ven banderas de Chile, banderas de pueblos indígenas y banderas de equipos de fútbol. Desde el gobierno están desesperados por fabricar a los representantes del movimiento, las voces autorizadas con las que pueda negociar. Están buscando entre las organizaciones sindicales y sociales y también convocando asambleas ciudadanas. Hasta ahora nadie se ha atrevido a ponerse en ese rol. La masividad y diversidad de este movimiento es un antídoto contra cualquier intento de recuperación.
Ya van más de 4000 detenidos (entre ellos más de 400 infantes y adolescentes) y más de 1300 personas heridas por armas de fuego. Hay más de 100 querellas por torturas y una veintena por violencia sexual de parte de la policía. Según las cifras oficiales, hay 23 muertos y más de 140 personas que presentan algún tipo de lesión ocular. 26 de ellos perdieron la visión de un ojo. (Cuando leí en el texto censurado por Le Monde que en Francia también la policía había estado sacando ojos me sorprendió mucho darme cuenta de que comparten técnicas de represión).
Apenas habían pasado algunas horas de la insurrección -que le costó muy caro a los grandes capitalistas, aunque no se compara con el monto de sus robos- el Estado declaró “estado de excepción”, lo que le permitió imponer toques de queda y sacar a los militares a las calles a reprimir junto con la policía. Hace una semana que el estado de excepción se levantó, pero eso no ha hecho decaer la represión. La policía sigue usando armas antidisturbios en las protestas (eso solo fue implementado en estas manifestaciones) y continuan haciendo detenciones masivas y selectivas.
Desde todos los sectores políticos y la televisión nos dicen que podemos manifestarnos “siempre y cuando sea pacífico”. (Algunos buenos ciudadanos se han apropiado de los chalecos amarillos que se usaron en las protestas en Francia para distinguirse como aliados de la policía y tienen sus propias técnicas para mantener el orden). Pero incluso cuando las personas se manifiestan de la manera menos ofensiva y más cultural, la policía reprime con fuerza. Tienen pavor a que pasemos mucho tiempo juntos…
El Estado tiene las manos llenas de sangre y nos dice que lo hace para darnos paz. Son muy pocos quienes le creen y, a pesar de la enorme violencia que ha usado, nadie le tiene miedo. De hecho, han proliferado núcleos que practican de manera extendida la violencia ofensiva y la autodefensa contra las “fuerzas del orden” en las manifestaciones.
Y es que la mayoría sentimos que no tenemos nada que perder. Por todos lados vemos que no hay futuro en esta sociedad. Por una parte, la televisión no deja de inundarnos con noticias sobre la catástrofe ambiental que luego nos quiere hacer olvidar mostrándonos publicidad de cosas que no podemos comprar. Por otra, vemos que ser anciano en este Chile es un infierno. La gente puede trabajar toda su vida y jubilarse con una pensión miserable. De hecho, los ancianos tienen que seguir trabajando hasta morir y no estoy exagerando. Hace 5 años atrás hizo noticia un caso de un jardinero que trabajaba frente al Palacio de La Moneda (sede del presidente) y que murió sentado en una banca en la misma plaza que se había pasado limpiando los últimos años de su vida. Tenía 80 años.
Hay quienes quieren encauzar esta irrupción en la creación de una nueva constitución. La que tenemos viene de la época de Pinochet y es la que avala el saqueo. La demanda de una asamblea constituyente para generar la nueva constitución es algo que resuena cada vez más entre ciertos grupos. A veces temo que si se concediera eso se terminaría secando la potencia de este movimiento. Pero, por otro lado, pienso que tal constitución, si realmente respondiera a las múltiples demandas del pueblo, implicaría tal modificación del orden de cosas que sería otro Chile donde tal vez la propia constitución ya no tendría sentido de existir: esta revuelta está cuestionando intuitivamente los cimientos de la estructura social capitalista.
Este momento parece ser la única tierra fértil. Y por unos días todo ha parecido posible. Han aparecido muchas asambleas autoconvocadas en los vecindarios. Ciertas ciudades golpeadas por la contaminación de las industrias extractivistas han confrontado a los grandes capitales y detenido sus faenas, etcétera. Ver brotar esa organización espontánea ha sido muy apasionante.
Las manifestaciones continuan siendo masivas y parecen una fiesta. La gente se ve más contenta en las calles tomadas, las personas bailan, cantan, comparten ideas, comidas, sonrisas. Nadie sabe cómo irá a seguir esto. Por el momento, seguimos disfrutando de habernos encontrado, apostando por la potencia de vernos y sentirnos.
¿Qué hace falta para avanzar en la destrucción de este orden que parece que se viene a abajo sin nuestra intervención? ¿Solo se trata de vivir nuestras vidas a contracorriente de las demandas del capital? ¿No intentar derrocar el sistema en su conjunto, sino que dedicarnos a construir, entre estas ruinas, nuestra organización, aquí y ahora, con todos los límites y potenciales de las circunstancias?